Dabeiba, Antioquia. — Cuatro personas fallecidas, tres desaparecidas y al menos siete heridas dejó una avenida torrencial registrada en la madrugada del lunes en la vereda El Toro, zona rural del municipio de Dabeiba, occidente de Antioquia. La emergencia fue provocada por las fuertes lluvias que azotan la región desde el fin de semana, y que han generado deslizamientos y crecientes súbitas en varios sectores del departamento.
El alcalde Daniel Higuita confirmó el balance preliminar de víctimas e informó que los organismos de socorro continúan las labores de búsqueda y rescate. “La magnitud de la avalancha fue tan grande que arrasó con todo a su paso. Estamos con maquinaria pesada despejando la vía y removiendo el material para llegar a las zonas más afectadas”, indicó el mandatario local.
Dabeiba, ubicado a unos 450 metros sobre el nivel del mar, tiene una extensión aproximada de 1.900 kilómetros cuadrados y una población cercana a los 25.000 habitantes, según proyecciones del DANE. De ellos, más del 13 % pertenece a comunidades indígenas Emberá Katío, y la mayor parte vive en zonas rurales de difícil acceso. En total, el municipio cuenta con 117 veredas, lo que complica las labores de atención y rescate cuando ocurren desastres naturales.
El Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Antioquia (DAGRAN) y cuerpos de bomberos de municipios vecinos como Cañasgordas y Giraldo apoyan las operaciones en el área. Las autoridades confirmaron que tres viviendas fueron destruidas por el torrente, y que continúan las tareas de búsqueda de las personas desaparecidas mientras se evalúan los daños materiales. Esta emergencia se suma a las múltiples afectaciones que la temporada invernal ha causado en el país, dejando vías bloqueadas, deslizamientos y comunidades aisladas.
Más allá de la tragedia, los hechos en Dabeiba dejan una reflexión urgente: la fuerza de una nación no se mide por el poder político ni por los discursos de unidad, sino por la capacidad de proteger a su gente. Cuando la indiferencia y los intereses partidistas eclipsan el bienestar común, se alza una cortina de humo que permite que la corrupción y el abandono sigan cobrando vidas. Hoy, más que nunca, el país necesita que la solidaridad y la acción colectiva sean más fuertes que la lluvia y más firmes que el orgullo.
REDACCIÓN DESAFIO: Luis Eduardo Ariza
